miércoles, 10 de febrero de 2010

lunes, 30 de marzo de 2009

miércoles, 4 de marzo de 2009

Recuerdos de mi gran amiga Marjori Téllez

Marjorie Rojas Ochoa




Creo que estos 5 años y medio que tengo de conocer a mi gatita no alcanzaría a describirlos en estas páginas. Sin lugar a duda va hacer muy difícil olvidarme de ella y acostumbrarme a que ya no caminará conmigo en los pasillos. Ahora la pregunta es ¿Con quién haré todas las locuras que hacíamos?

¿Cómo comenzó el calvario? Desde hace 5 años ella padece de miocardiopatía dilatada, nunca se dejó vencer por su enfermedad a pesar de las restricciones médicas, siempre disfrutó al máximo, nunca paró de reír, de bailar, molestar y chilear.


La enfermedad que padecía Marjorie consiste en que el corazón crece sin parar, a pesar del medicamento. Desde que inició su enfermedad era notorio verla tomando de seis a ocho tipos de pastillas.


Antes de ingresar a Filología y Comunicación mi gatita estudiaba Historia pero después de tres años pudo optar al traslado a su amada carrera la cual siempre quiso estudiar: FILCOM. Cuando la conocí me inspiró un sentimiento indescriptible, fue fácil unirme y familiarizarme con ella. Desde entonces fuimos inseparables en clases.


Todos los días, a pesar de que nos mirábamos en la universidad y en el trabajo, nos hablábamos por teléfono. Ella por despistada me preguntaba ¿Mati, qué tenemos para mañana? No se si el destino quiso que la dos nos llamábamos igual pero la chela (como le decíamos) se ganó el corazón de todos. A pesar de que la gente le hiciera algo por envidia u otra razón, decía: “No soy monedita de oro para caerles bien a todos”.


Su corazón nunca se llenó de odio, todo lo tomaba con calma, no se estresaba por nada. Cosa que yo muchas veces se lo critiqué. Vivió su vida con amor, respeto y humildad. Ella en las fiestas era el espíritu de alegría.

A pesar de su enfermedad y del cansancio que ésta le causaba siempre andábamos haciendo nuestras travesuras. Nunca nadie pensó que llegaría este final tan cruel.



La chela como hija, era única, el amor que sentía hacia su madre no tenía barrera, ella me decía que sin su mamá (Doña Julia) no hubiera llegado hasta donde estaba. De sus hermanos siempre se expresó con cariño. Recuero que yo le decía: “gata no te pareces a tus hermanos”, por el color de piel y por el color de los ojos tan bonitos, y a más de uno conquistó con una sola miradita.


Era aficionada a hablar por teléfono, no paraba, estábamos en clases y ahí iba ella a contestar su celular, si íbamos por los pasillos teníamos que ir haciendo estación por que siempre se encontraba con ex compañeros de colegio o de la carrera de Historia.


Su enfermedad avanzó rápidamente porque los medicamentos, que según el doctor la controlaban, no funcionaron.


Exactamente el 24 de diciembre del año pasado ella cmenzó a sufrir los estragos de la enfermedad, ese día a las 12 del mediodía andaba tan tranquila que hasta se puso a comer Indio Viejo el que hacen en su casa para regalarlo en esa fecha, recuerdo que esa vez hasta la regañamos porque sabia que no podía comer eso.


A la hora que por toda la ciudad se escuchaban cargas cerradas, cohetes y todos los juegos artificiales ella se encontraba en la sala de emergencia del Manolo Morales, en esa ocasión solo estuvo 24 horas, después de esto solo siguió indicaciones médicas, hasta que en enero del 2009 nos pusimos de acuerdo para venir al curso de verano de Español de Nicaragua, para esa fecha todavía su corazón le permitía subir todas las escaleras que la llevaban al pabellón 62 de la UNAN.





El 12 de enero fue su cumpleaños, salimos del curso a las 11:30 de la mañana, después nos fuimos a las oficinas de la revista donde trabajábamos para terminar unas entrevistas que ella tenía pendiente, y a las 3 de la tarde se fue con su novio a su casa a celebrar su cumpleaños. Pocos días después la gata comenzó a vivir lo peor. En una de las clases de la profesora Hilda comenzó a vomitar, desde esos días el vomito iba hacer un enemigo invencible, este hacía que se deshidratara y que sus defensas se bajaran. Desde entonces ella se ausentó de la universidad. Gracias a la maestra que me suministraba los trabajos para que ella los hiciera en su casa es que pasó su Español de América que tanto nos costó pasar.


Siempre se intentó por todos los medios que no se deprimiera, le hacíamos bulla, me acuerdo que un día la Griselda le llegó contando sus aventuras locas y ella solo se reía.
Yo nunca pensé que realmente se iba a ir, no se porqué
Dios no me permitió disfrutar de esa amistad que nos unía y que nunca nadie pudo impedir, ni por intrigas ni por los mismos pleitos que teníamos aunque no durábamos un día sin hablarnos.

Ahora que se me fue se siente tan raro venir a clases porque solo con ella es que caminaba. A pesar que todos me decían que me preparara para un final trágico, nunca lo quise aceptar porque tenía fe en Dios que no me la iba a quitar. En realidad no se por qué no me la dejó en este mundo pero ahora pienso que por lo menos ya no está sufriendo como lo estaba en sus últimos días, ella estaba acostumbrada a divertirse y esto ya no lo podía hacer.


Lo único que me queda por decir es que mi gatis se fue en grande con sirena y el montón de flores que tanto le gustaban y que ella pedía que le regalaran.

En su vela no faltó gente que desfilara por su ataúd a pesar de estar inflamada, por la misma continencia urinaria que padecía, se miraba linda y es que ella no necesitaba de muchos arreglos porque por naturaleza era bonita, por algo participaba en reinados dentro de la universidad y en los mismos era elegida como reina de la simpatía.

Dentro de su familia quedó un enorme vacío porque la alegría se fue y obviamente en mi corazón y el de todas las personas que la querían.


Siempre estará conmigo, patito.

Dios protégela con tu manto sagrado.

Recuerdos de mi gran amiga Marjori Téllez

Marjorie Rojas Ochoa




Creo que estos 5 años y medio que tengo de conocer a mi gatita no alcanzaría a describirlos en estas páginas. Sin lugar a duda va hacer muy difícil olvidarme de ella y acostumbrarme a que ya no caminará conmigo en los pasillos. Ahora la pregunta es ¿Con quién haré todas las locuras que hacíamos?

¿Cómo comenzó el calvario? Desde hace 5 años ella padece de miocardiopatía dilatada, nunca se dejó vencer por su enfermedad a pesar de las restricciones médicas, siempre disfrutó al máximo, nunca paró de reír, de bailar, molestar y chilear.


La enfermedad que padecía Marjorie consiste en que el corazón crece sin parar, a pesar del medicamento. Desde que inició su enfermedad era notorio verla tomando de seis a ocho tipos de pastillas.


Antes de ingresar a Filología y Comunicación mi gatita estudiaba Historia pero después de tres años pudo optar al traslado a su amada carrera la cual siempre quiso estudiar: FILCOM. Cuando la conocí me inspiró un sentimiento indescriptible, fue fácil unirme y familiarizarme con ella. Desde entonces fuimos inseparables en clases.


Todos los días, a pesar de que nos mirábamos en la universidad y en el trabajo, nos hablábamos por teléfono. Ella por despistada me preguntaba ¿Mati, qué tenemos para mañana? No se si el destino quiso que la dos nos llamábamos igual pero la chela (como le decíamos) se ganó el corazón de todos. A pesar de que la gente le hiciera algo por envidia u otra razón, decía: “No soy monedita de oro para caerles bien a todos”.


Su corazón nunca se llenó de odio, todo lo tomaba con calma, no se estresaba por nada. Cosa que yo muchas veces se lo critiqué. Vivió su vida con amor, respeto y humildad. Ella en las fiestas era el espíritu de alegría.

A pesar de su enfermedad y del cansancio que ésta le causaba siempre andábamos haciendo nuestras travesuras. Nunca nadie pensó que llegaría este final tan cruel.



La chela como hija, era única, el amor que sentía hacia su madre no tenía barrera, ella me decía que sin su mamá (Doña Julia) no hubiera llegado hasta donde estaba. De sus hermanos siempre se expresó con cariño. Recuero que yo le decía: “gata no te pareces a tus hermanos”, por el color de piel y por el color de los ojos tan bonitos, y a más de uno conquistó con una sola miradita.


Era aficionada a hablar por teléfono, no paraba, estábamos en clases y ahí iba ella a contestar su celular, si íbamos por los pasillos teníamos que ir haciendo estación por que siempre se encontraba con ex compañeros de colegio o de la carrera de Historia.


Su enfermedad avanzó rápidamente porque los medicamentos, que según el doctor la controlaban, no funcionaron.


Exactamente el 24 de diciembre del año pasado ella cmenzó a sufrir los estragos de la enfermedad, ese día a las 12 del mediodía andaba tan tranquila que hasta se puso a comer Indio Viejo el que hacen en su casa para regalarlo en esa fecha, recuerdo que esa vez hasta la regañamos porque sabia que no podía comer eso.


A la hora que por toda la ciudad se escuchaban cargas cerradas, cohetes y todos los juegos artificiales ella se encontraba en la sala de emergencia del Manolo Morales, en esa ocasión solo estuvo 24 horas, después de esto solo siguió indicaciones médicas, hasta que en enero del 2009 nos pusimos de acuerdo para venir al curso de verano de Español de Nicaragua, para esa fecha todavía su corazón le permitía subir todas las escaleras que la llevaban al pabellón 62 de la UNAN.





El 12 de enero fue su cumpleaños, salimos del curso a las 11:30 de la mañana, después nos fuimos a las oficinas de la revista donde trabajábamos para terminar unas entrevistas que ella tenía pendiente, y a las 3 de la tarde se fue con su novio a su casa a celebrar su cumpleaños. Pocos días después la gata comenzó a vivir lo peor. En una de las clases de la profesora Hilda comenzó a vomitar, desde esos días el vomito iba hacer un enemigo invencible, este hacía que se deshidratara y que sus defensas se bajaran. Desde entonces ella se ausentó de la universidad. Gracias a la maestra que me suministraba los trabajos para que ella los hiciera en su casa es que pasó su Español de América que tanto nos costó pasar.


Siempre se intentó por todos los medios que no se deprimiera, le hacíamos bulla, me acuerdo que un día la Griselda le llegó contando sus aventuras locas y ella solo se reía.
Yo nunca pensé que realmente se iba a ir, no se porqué
Dios no me permitió disfrutar de esa amistad que nos unía y que nunca nadie pudo impedir, ni por intrigas ni por los mismos pleitos que teníamos aunque no durábamos un día sin hablarnos.

Ahora que se me fue se siente tan raro venir a clases porque solo con ella es que caminaba. A pesar que todos me decían que me preparara para un final trágico, nunca lo quise aceptar porque tenía fe en Dios que no me la iba a quitar. En realidad no se por qué no me la dejó en este mundo pero ahora pienso que por lo menos ya no está sufriendo como lo estaba en sus últimos días, ella estaba acostumbrada a divertirse y esto ya no lo podía hacer.


Lo único que me queda por decir es que mi gatis se fue en grande con sirena y el montón de flores que tanto le gustaban y que ella pedía que le regalaran.

En su vela no faltó gente que desfilara por su ataúd a pesar de estar inflamada, por la misma continencia urinaria que padecía, se miraba linda y es que ella no necesitaba de muchos arreglos porque por naturaleza era bonita, por algo participaba en reinados dentro de la universidad y en los mismos era elegida como reina de la simpatía.

Dentro de su familia quedó un enorme vacío porque la alegría se fue y obviamente en mi corazón y el de todas las personas que la querían.


Siempre estará conmigo, patito.

Dios protégela con tu manto sagrado.